miércoles, 25 de noviembre de 2015

OBESIDAD INFANTIL. CADA VEZ MÁS Y MÁS RÁPIDO. 

La obesidad infantil no es un tema que se pueda tomar a la ligera. Está en juego la salud de nuestros hijos. Desde organismos tan prestigiosos como la OMS ya se califica la obesidad infantil como "uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI". Se trata de un fenómeno mundial que se va incrementando a un ritmo alarmante, afectando tanto a los llamados "países ricos" como a muchos países en vías de desarrollo. Además los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta lo cual es mucho más difícil de revertir y, por consiguiente, supone más probabilidades de padecer enfermedades como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares,....a edades más tempranas.

¿Y qué ocurre en España? 
 El último informe de salud la OCDE dice, entre otras cosas, que en nuestro país la tasa de obesidad infantil aumenta a mucha más velocidad que en otros países desarrollados. Además se indica que nuestros niños son unos de los que más pesan del mundo. La gravedad de este asunto puede que la veamos más adelante, ya que desde diferentes entidades sanitarias se apunta hacia la posibilidad de que nuestros hijos puedan vivir menos tiempo que nosotros. ¿Cómo revertir esta situación? La realidad es más difícil de lo que parece. Padecemos una legislación con respecto a la publicidad infantil excesivamente permisiva, en la que cualquier sanción que se quiera poner resulta insignificante con respecto a las ganancias que asume cada día la industria alimentaria. Todo esto, si es que existe sanción, que, por supuesto no es lo que predomina. Como resultado nos vemos envueltos sin darnos cuenta en un ambienta obesogénico donde abunda de forma exagerada la publicidad de alimentos insanos, avocándonos irremediablemente a su consumo. Está claro que por este lado no tenemos gran dominio. Sin embargo y a pesar de ello, aún existen cosas que están en nuestras manos. Estas son algunas medidas a tener en cuenta desde los padres y la familia.

Alimentación adecuada. 
- Destierra los alimentos insanos o superfluos de tu casa. Alimentos como bollería (galletas, incluidas), cereales, helados, postres, bebidas,…no aportan nada bueno a vuestra salud.
- Apuesta porque tu casa sea una fuente de alimentación sana y, por tanto, de salud. - Suma alimentos de origen vegetal en tu casa y obtendrás como resultado salud. Que prevalezcan sobre los de origen animal. 
 - Limita el consumo de carne roja, embutidos y vísceras. Desde 2007 la OMS ya emitía mensajes como limitar el consumo de carne roja y evitar carnes procesadas.
- Que el agua sea vuestra bebida. Evitando, en la medida de lo posible, el consumo de refrescos azucarados, batidos azucarados, zumos tanto naturales como comerciales, etc.

Implicación de la familia 
- Si quieres que tu hijo coma sano, haz que aprenda de ti. Predica con el ejemplo que quieras dar a tus hijos. Pretender que nuestro hijo coma fruta será muy difícil, por no decir imposible, si tú te zampas unas natillas después de comer.
- Respeta el apetito de tu hijo. Que coma cuando tenga hambre y que no coma cuando no tenga hambre. ¡¡No le obligues a comer!!
 - Cocina, sobretodo, en la cena. Por mi experiencia la cena es la reina de las improvisaciones. ¿Qué hago para cenar? Déjame pesar…salchichas, hamburguesas y ya. No es necesario perder mucho tiempo para cocinar verdura.
 - Haz participe a tu hijo de la cocina que elaboras, de los alimentos que tienes en el frigo, de lo que tienes en el frutero o en la de la despensa. Que se empape de cada ingrediente que cocinas y que meta las manos en la masa.

Aumento de la actividad física 
- Una buena medida es disminuir las horas que tu hijo ve la tele, sustituyéndolo por cosas más provechosas como jugar, hacer deporte,… y otra es que vosotros, como padres, también hagáis deporte; vuestros hijos os seguirán.

Acudir a un dietista-nutricionista. 
- A pesar de este panorama, según encuestas realizadas, el 90% de los padres o tutores piensa que los menores a su cargo se alimentan bien. Esto se debe, en parte, a la escasa educación nutricional que imparte desde los colegios, así como en los hogares. En contraposición con la infinita promoción de alimentos superfluos que vemos cada día desde los medios de comunicación.
 - Un dietista-nutricionista te asesorará sobre cómo llevar una buena alimentación, ya sea para tus hijos como para el resto de la familia, con el único propósito de que comer sano se convierta en un total y absoluto disfrute